La Asociación el Principio Vital para el Éxito
La asociación con personas que lo lleven al éxito a todo nivel, es uno de los principios más importantes que debe considerar y adoptar todo líder en cualquier campo donde se desempeñe: personal, familiar, social o laboral.
Es tan importante y vital este principio que usualmente los padres responsables lo han practicado y lo practican a menudo con sus hijos, al observar que clase de amistades tienen ellos y qué tipo de personas frecuentan, o con quienes se reúnen particular y periódicamente. Para así evitar malas influencias que bloqueen o destruyan el porvenir de sus hijos.
Hoy más que nunca es importante tomar consciencia de este principio vital no sólo para los hijos sino para nosotros mismos porque al compartir tiempo con personas que nos detienen en las metas y nos desgastan mental y emocionalmente el precio que habrá que pagar por recuperar una vida sana y productiva es muy alto.
La asociación para el éxito no es un principio excluyente, porque una cosa es elegir bien con quienes compartimos nuestro tiempo, pero otra muy diferente es subestimar y discriminar a personas que no piensan como nosotros.
La cortesía y la simpatía son actitudes claves para la convivencia con mentalidades diferentes y deben ejercitarse de continuo con los demás para influenciarlos positivamente con el ejemplo, pero al mismo tiempo evitando también compañías que dañan o laceran nuestro deseo y búsqueda de superación.
La asociación para el éxito no está limitada únicamente a escoger personas que nos ayuden a alcanzar dinero y riquezas materiales, también hace parte de nuestro mundo emocional como en las relaciones sociales y sentimentales, y de nuestras creencias, desarrollo mental y aptitudes físicas.
Es claro que todo líder ha seguido y sigue a otros líderes en el proceso de convertirse en uno de ellos y de superarse continuamente, y selecciona a mentores y compañeros que trabajen en armonía con él para lograr entre todos el bien común.
Sin embargo para un alto porcentaje de la población asociarse con personas exitosas supone una molestia y un esfuerzo que trata de anularlos en lugar de animarlos.
Para lograr entender y aplicar este poderoso principio, lo primero que se debe hacer en este caso, es situarse y saber con exactitud qué queremos de la vida y plantear por escrito nuestras finalidades en la vida, que son metas que nunca terminan y nos mantienen en movimiento en los cuatro niveles en los que como seres humanos vivimos y actuamos: espiritual, mental, emocional y físico. Esto para evitar los cambios y olvidos a los que se ve sometida la mente cuando por las situaciones cotidianas olvida hacia dónde se dirige.
Después de esta definición lo recomendable es observar y seleccionar a una o más personas que admiramos respetamos en cada uno de los campos que mencionamos y emular hasta dónde se pueda sus pensamientos, estrategias y acciones.
Esto no implica carecer de criterio personal, simplemente al practicar sobre un terreno arado en cualquier campo de la vida, es mucho más sencillo y menos tortuoso producir resultados rápidos y economizar tiempo que es el factor crítico que no se puede recuperar.
A partir de esta selección de personas exitosas se comienza a buscar una relación más estrecha con la persona que admiramos, como una mentoría que nos permite seguir de cerca al líder que seguimos pero también a recibir de él una retroalimentación que dirija y corrija nuestro entrenamiento.
El mentor en sí es un maestro en su campo que decide enseñar a sus alumnos con el ánimo de elevar la habilidad y el bienestar particular del alumno en el campo que él enseña. Por eso es generoso en sus aportes pero requiere de su(s) discípulo(s) compromiso, trabajo y esfuerzo.
Existen por supuesto diferentes mentores con diferentes habilidades para diferentes alumnos o discípulos en las cuatro áreas de influencia en la vida del ser humano: espiritual, mental, emocional y física.
Sin embargo, si se busca el éxito se debe hacer de manera integral, y esto implica aspirar a superarse de manera continua en lo espiritual, mental, emocional y físico. Porque si no hay avance en cualquiera de estos campos, hay retroceso. Y descuidar cualquiera de estas partes vitales trae como consecuencia el deterioro progresivo el aspirante a líder, y finalmente su debilidad saboteará todos sus triunfos aparentes en los otros campos.
El mentor como he mencionado corrige y demanda nuestro rendimiento y de hecho desarrollar amistades con personas que nos exigen mientras nos enseñan con el ejemplo es uno de los procesos más gratificantes y estimulantes que tiene toda persona que busca la superación y el éxito.
Ya una vez interiorizados y practicados los modelos de éxito que este maestro nos ofrece, se deben buscar nuevos compañeros con similar educación e intereses en cada campo particular en el que nos desarrollamos y que constituyan con nosotros un grupo o alianza para el éxito.
Este principio fue promulgado por primera vez por el célebre autor de Desarrollo Humano y Superación Napoleón Hill y se le conoce como el principio de la Mente Maestra, en razón a que cada uno de los personajes de éxito que él estudió en su época tenían un grupo organizado que analizaba y actuaba con gran destreza y acierto para solucionar cada uno de los retos a los que se veía avocada la empresa o grupo de empresas de su propietario.
Es decir que personas con educación similar, intereses y actitudes se reúnen periódicamente para analizar, evaluar, proyectar y ejecutar nuevos modelos de desarrollo para beneficio de las partes involucradas en cualquier campo de actividad del ser humano: espiritual, mental, emocional o físico.
Entonces recapitulando lo visto el principio de la asociación para el éxito lo puedes aplicar:
- Definiendo claramente tu finalidad en cada uno de los cuatro campos de actividad del ser humano.
- Selecciona a personas que admires y respetes en cada uno de ellos.
- Encuentra un mentor e imítalo. Recibe retroalimentación y corrige lo que no funciona. Para esto debes tener una actitud humilde y enseñable.
- Desarrolla un equipo con personas que compartan tus mismos valores, intereses y metas, y trabaja con ellos para superar obstáculos y retos.
- Evita compartir mucho tiempo con personas que te limiten o desgasten. Sin embargo esto no quiere decir que no tengas con ellos una actitud de cortesía y simpatía.
- Enseña a los demás con el ejemplo. El ejemplo va mucho más allá que todas las palabras que quieras compartir con los demás. Y ayuda a cambiar hasta los más resistentes. La fuerza del ejemplo arrastra.
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Comentarios
2 Comentarios en La Asociación el Principio Vital para el Éxito
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Jorge Alfredo Cruz
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Magdalena Russi
De acuerdo no se puede aspirar a llegar a grandes alturas en la vida con malas compañías sobretodo aquellas que no nos hacen crecer como personas sino que representan gasto de tiempo, dinero y energía.
Dime con quien andas y te diré quien eres. No se puede pasar tiempo con cualquiera. Sin discriminar a nadie, es importante escoger las amistades y las personas de influencia de acuerdo con los valores morales y ejemplo de vida que aportan.
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